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-¡Oh, figura femenina! ¡Cuán gloriosa eres!
Hidegarda de Bingen creía que la sangre que mancha es la sangre de la guerra, no la sangre de la menstruación, y abiertamente invitaba a celebrar la felicidad de haber nacido mujer.
Y en sus obras de medicina y ciencias naturales, únicas en la Europa de su tiempo, se había atrevido a reivindicar el placer femenino en términos insólitos para su tiempo y su iglesia. Con sabiduría sorprendente en una abadesa puritana, de muy estrictas costumbres, virgen entre las vírgenes, Hidegarda afirmó que el placer del amor que arde en la sangre es más sutil y profundo en la mujer que en el hombre:
-En la mujer, es comparable al sol y a su dulzura, que delicadamente calienta la tierra y la hace fértil.
Un siglo antes que Hidegarda, el célebre médico persa llamado Avicena había incluido en su "Canon" una descripción detallada del orgasmo femenino, a partir del momento en que los ojos de ella empiezan a enrojecer, su respiración se acelera y comienza a balbucear.
Como el placer era un asunto masculino, las traducciones europeas de la obra de Avicena suprimieron la página.

Eduardo Galeano Espejos, Una historia casi Universal. p.81

4 Responses so far.

  1. Hola. Te queda estupendo el blog..Cualquier duda puedes visitar Vagabundia.blogspot.com..Saludos..

  2. Mi agradecimiento por haber colocado un enlace de mi ‘blog’ en el listado de tu bitácora. He hecho lo propio y te enlacé en mi ‘blog’.
    Aprovecho la ocasión para enviarte un saludo cordial.

  3. Saludos, vine a probar los comentarios ;)

  4. Hola maquina soy Álvaro (el inquilino de tu clase). Tienes un blog estupendo. Me alegro mucho por todo lo que estais pasando con Bruno. Un saludo muy fuerte de parte de tu clase. Hasta pronto!!!!